miércoles, 17 de marzo de 2010

Infancia


"Aquí en Vöelfontein no se le permite a Agnes ir de caza, pero es libre para vagar con él por el veld o coger ranas con él en el gran embalse de tierra. Estar con ella es distinto a estar con los amigos del colegio. Tiene algo que ver con su dulzura, con su disposición para escuchar, pero también con sus delgadas piernas bronceadas, sus pies desnudos, su manera de saltar de piedra en piedra. Él es muy listo, el primero de su clase; ella también tiene fama de lista; vagan por los alrededores hablando de cosas por las que los mayores menearían la cabeza: sobre si el universo tiene un principio; qué hay más allá de Plutón, el planeta oscuro; donde está Dios, si es que existe.
¿Por qué le es tan fácil hablar con Agnes? ¿Porque es una chica? A cualquier cosa que venga de él, ella parece responderle sin reservas, con dulzura y presteza. Ella es prima hermana suya, por lo tanto no pueden enamorarse ni casarse. De alguna forma, eso es un alivio: es libre de ser amigo de ella, de abrirle el corazón. Pero ¿y si a pesar de todo está enamorado de ella? ¿Es esto el amor, esta generosidad natural, este sentimiento de ser comprendido por fin, de no tener que fingir?"

Fragmento de Infancia, J. M. Coetzee.  

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