jueves, 16 de febrero de 2012

Intervalo doloroso



"Todo me cansa, hasta lo que no me cansa. Mi alegría es tan dolorosa como mi dolor.
Quien me diera ser un niño poniendo barcos de papel en un estanque de la quinta, con un dosel rústico de redes de parral poniendo ajedreces de luz y sombra verde en los reflejos sombríos de la poca agua.
Entre yo y la vida hay un vidrio tenue. Por más nítidamente que yo vea y comprenda la vida, yo no la puedo tocar.
¿Razonar mi tristeza? ¿Para qué si el raciocinio es un esfuerzo? y quien está triste no puede esforzarse.
Ni incluso abdico de aquellos gestos banales de la vida de los que yo tanto querría abdicar. Abdicar es un esfuerzo, y yo no poseo el alma con que esforzarme.
¡Cuántas veces me aflige no ser el accionador de aquel coche, el conductor de aquel tren! ¡cualquier banal Otro supuesto cuya vida, por no ser mía, deliciosamente me penetra para que yo la quiera y se me finge ajena!
Yo no tendría el horror a la vida como a una Cosa. La noción de la vida como un Todo no me aplastaría  los hombros del pensamiento.
Mis sueños son un refugio estúpido, como un paraguas contra un rayo.
Soy tan inerte, tan pobrecito, tan falto de gestos y de actos.
Por más que por mí me interne, todos los atajos de mi sueño van a dar a claridades de angustia.
Incluso yo, el que sueña tanto, tengo intervalos en que el sueño me huye. Entonces las cosas me aparecen nítidas. Se desvanece la neblina en la que me cerco. Y todas las aristas visibles hieren la carne de mi alma. Todas las durezas miradas me duele saberlas durezas. Todos los pesos visibles de objetos me pesan por dentro del alma.
La (mi) vida es como si me golpeasen con ella."

Fernando Pessoa.

lunes, 13 de febrero de 2012

Zenón

"Mirad bien -continuó Zenón-. Más allá de aquel pueblo, hay otros pueblos; más allá de aquella abadía, otras abadías; más allá de esta fortaleza, otras fortalezas. Y en cada uno de esos castillos de ideas, de esas chozas de opiniones superpuestas a las chozas de madera y a los castillos de piedra, la vida aprisiona a los locos y abre un boquete para que escapen los sabios. Más allá de los Alpes está Italia. Más allá de los Pirineos, España. Por un lado, el país de La Mirandola; por el otro, el de Avicena. Y más lejos, el mar, y más allá del mar, en las otras orillas de la inmensidad, Arabia, Norea, La India, las dos Américas. Y por doquier los valles en donde se recogen las plantas medicinales, las rocas en donde se esconden los metales, que simbolizan cada momento de la Gran Obra, los grimorios depositados entre los dientes de los muertos, los dioses que ofrecen sus promesas, las multitudes en que cada hombre se cree el centro del universo. ¿Quién puede ser tan insensato como para morir sin haber dado, por lo menos, una vuelta a su cárcel? Ya lo veis, hermano Henri, soy en verdad un peregrino. El camino es largo, pero yo soy joven.
- El mundo es grande -dijo Henri-Maximilien.
- El mundo es grande -aprobó gravemente Zenón.- Quiera Aquél que acaso Es, dilatar el corazón humano a la medida de toda la vida."

Fragmento de Opus Nigrum, de  Marguerite Yourcenar.

jueves, 2 de febrero de 2012

Rusia

Sorprendidos por una borrasca, de Nikolai Sverchkov. 

"El problema de la libertad individual frente al grupo es la base de la literatura rusa contemporánea." Ana Ozores, prólogo a La muerte de Iván Ilich.

"Toda la especulación filosófica de los rusos alrededor de este problema y el peligro del relativismo moral, el fantasma de la anarquía, el caos, ocupan a los intelectuales rusos. Las decisivas cuestiones europeas del extrañamiento del individuo frente a la sociedad, de la soledad y el aislamiento del hombre moderno las formulan los rusos como el problema de la libertad. En ninguna parte se ha vivido este problema con mayor profundidad, intensidad y conmoción que en Rusia, y nadie ha sentido de forma más atormentada la responsabilidad ligada a su solución como Tolstoi y Dostoievski." Arnold Hauser, Historia social de la literatura y del arte.