viernes, 30 de octubre de 2015

Autor independiente

hay una aguja
en la mirada, en el cerebro
hay
un metal en las palabras
cuando se ha perdido 
la confianza
hay
una vuelta atrás como en los juegos
una pérdida
hay
un dolor
un miedo

Carlos Dariel

viernes, 23 de octubre de 2015

Melancolía del poeta

"Creo que casi todas nuestras tristezas son momentos de tensión que percibimos como parálisis porque no oímos a nuestros sentimientos, que se nos han vuelto extraños. Porque estamos solos con lo desconocido que ha entrado en nosotros. Nos han privado por un instante, de todo lo confiable y habitual y nos hallamos en medio de una transición donde no podemos permanecer. Por eso, también la tristeza pasa; lo nuevo ha penetrado en nuestro corazón, ha ido a sus más íntimos repliegues y ya ni siquiera está allí... sino mezclado con nuestra sangre. Y no llegamos a enterarnos de lo que ocurre. Fácilmente, se nos podría hacer creer que nada sucedió, y sin embargo, nos hemos transformado como se transforma una casa a la que ha llegado un huésped. No podemos decir quién ha venido -quizá no lo sepamos nunca- pero muchos indicios sugieren que el futuro es el que ha entrado de esa manera para transformarse en nuestra sustancia, mucho antes de que aparezca.
Y por eso es tan importante permanecer solitario y atento, cuando se está triste, porque el instante aparentemente en blanco, inmóvil, en que el porvenir nos traspasa, se encuentra mucho más cerca de la vida que aquel otro momento en el cual la vida adviene tumultuosa, desde fuera. Cuanto más serenos, sufridos y abiertos somos en nuestras tristezas, tanto más profunda y decididamente penetra en nosotros lo desconocido, tanto mejor lo asimilamos, y tanto más será nuestro destino. Y un día, 'cuando se realice' (es decir, cuando de nosotros se abra paso hacia los demás), lo sentiremos en lo íntimo, afín y cercano. Y esto es necesario. Es necesario -y a ello tenderá paulatinamente nuestro desarrollo- que nada extraño nos ocurra sino sólo aquello que nos pertenece desde hace largo tiempo."

Cartas a un joven poeta, R. M. Rilke.