viernes, 27 de febrero de 2015

Noche III

 "Sí, ya es casi la hora, creo que mamá está por levantarse porque escucho ruidos en la habitación… Voy a apurarme a terminar la tarea para poder salir a jugar con Ariel: eso me lo tiene prometido... Seguro que ya es casi la hora porque escucho el portón de los González que se abre y el perro de los Apollonio se empieza a desperezar: me pone tan contento saber que hoy vamos a jugar a la pelota con Ariel, en el paredón junto a su casa que nos sirve perfecto como arco… Además, si esta semana me va bien en el examen, puede que la próxima salga de viaje con papá, creo que dijeron «para el interior», como esa noche…"

viernes, 6 de febrero de 2015

La poesía

Y fue a esa edad... Llegó la poesía
a buscarme. No sé, no sé de dónde
salió, de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran
palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.

Yo no sabía qué decir, mi boca
no sabía
nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando
aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura
tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto
el cielo
desgranado
y abierto,
planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada
por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.

Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío
constelado,
a semejanza, a imagen
del misterio,
me sentí parte pura
del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.

Pablo Neruda.