miércoles, 28 de febrero de 2018

Te deseo

Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.

Y que, de no ser asi, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.

Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.

Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas.

Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.

Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven
no madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.

Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar
que fluyan entre nosostros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año sino apenas un dia.

Pero que en ese dia descubras
que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y
la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo,
que existen, y que te rodean,
seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro
alimentes a un pájaro
y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
porque de esa manera,
sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por mas minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo también
que ninguno de tus afectos muera,
pero que si muere alguno,
puedas llorar sin lamentarte y sufrir
sin sentirte culpable

Te deseo por fín que
siendo hombre, tengas una buena mujer
y que siendo mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente,
y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegan a pasar
no tengo más nada que desearte.

Víctor Hugo.

miércoles, 21 de febrero de 2018

Séptimo vaso

Y tras el séptimo vaso una calma suprema
inconfundible oro ruin de lo dado
duermevela de la tarde
piedra de sueño de la tarde noche

Ya no hay más que esta canción de espera
elemental irreversible
de inmarcesible sol cansado
mudo

jueves, 25 de enero de 2018

Un espléndido mohín de duda

En la hora profunda en que los hombres cantan
entonando su pasión dormida
con los huesos húmedos de traspiés
bajan del día las canciones
desprovistas lujuriosas también
y dibujan con crayón en la boca de sus bocas
un espléndido mohín de duda carmesí

Yo lo observo porque tengo ojos
y como ellos soy
hombre entre los hombres
y por tanto su tristeza es mía

En los colores abigarrados de los cerros
en la densa letanía del mercado
desde el brazo pacífico de un puerto
bajan los hombres su canción dormida
desprovistos sentenciosos más bien
y comulgan con los huesos de las manos hartos
en fatal resignación

viernes, 5 de enero de 2018

Reseñas Caprichosas


Aquí, algunas palabras de la la primera reseña de "Líbranos del mal", en la sección "Reseñas caprichosas", de la revista digital La Primera Piedra:

Líbranos del mal (Mil botellas, 2017) es el segundo libro de Fernando Vega. Con seis cuentos breves, es capaz de construir un mundo particular, en el que se nos presentan personajes a los que el relato acompaña por un lapso muy corto de sus existencias, pero a su vez crucial y significativo. Es uno de esos libros en los que lo que se dice funciona como un pequeño iceberg que oculta el resto de una historia.

Para leer la reseña completa, pueden dirigirse a:

https://www.laprimerapiedra.com.ar/2018/01/libranos-del-mal-fernando-vega/


domingo, 24 de diciembre de 2017

domingo, 10 de diciembre de 2017

El juego

El domingo 3 de diciembre tuve la posibilidad de participar del ciclo "Metáfora", organizado por Nicolás Igolnikov, Juli Ortiz y Ariel Saeg en Club Cultural Matienzo.
Fue una gran experiencia, donde algunos escritores elaboramos textos acordes a cada uno de los tres cortos que se proyectaron.
En mi caso, tuve la oportunidad de escribir tres textos, una prosa y dos poemas, para el excelente cortometraje "El juego", dirigido por Agustina Soleidad Abeijón y producido por Magalí Matilla.
Debajo, transcribo uno de esos textos:

El agua gotea desde un pañuelo y las sombras se deslizan sobre el mármol. Sostiene todo el bisbiseo de una tele, apenas entre manos húmedas y ojos que retienen: la fiebre es un pasaje hacia el temor entre tu boca que respira y nos llama, desde dentro su voz, nos pide ayuda y no sabemos responder. Hay un escalofrío entre nosotros que supera las verdades, los rostros que todavía no sabemos. Un erizar, un palpitar.
Quizá los sonidos no provengan de donde pensamos; quizá el vaivén de una puerta o la presencia errática de un niño, la cuenta que ascendemos levemente hacia el misterio… La piel es esquiva y nuestras manos un recuerdo azaroso. Jugamos en trasluz para tratar de comprendernos y aun así no es suficiente.
Tan sólo un niño. Tan solo en su afán febril, aferrado a su efigie de plata. No todas las cosas guardan su sentido, ahora más cuando la muerte y el terror nos dominan. Hay un miedo que nos trajo y que nos lleva, siempre, hacia el abismo. Las presencias se evanescen, en la ficción o realidad que construimos, día tras día. Hay dolencias que se caen de nuestras bocas con sus brazos y nos hacen temblar. Hay ausencias: no está.

jueves, 30 de noviembre de 2017

25 de noviembre de 2017

Bruno Petroni, Fernando Vega, Ramón Tarruella y Cecilia Martínez.


En una tarde noche especial en Club Philidor, finalmente presentamos "Líbranos del mal", mi primer libro de cuentos. El lugar, ligado íntimamente a mi biografía general pero también a mi biografía literaria, nos recibió con una calidez inigualable que fue sostenida por el aporte de la gente en tanto fue avanzando la presentación.
La mesa presentadora estuvo conformada por Bruno Petroni y Cecilia Martínez, autores ya publicados por Mil Botellas en la colección Brindis, Ramón Tarruela, el editor, y quien escribe. Luego se abrió el debate, del cual el público participó con entusiasmo y en cantidad.
A continuación, Santiago Cisnero cantó algunos tangos para amenizar la velada con su talento.
Finalmente, concluimos con un brindis una jornada literaria entrañable como pocas.