domingo, 10 de diciembre de 2017

El juego

El domingo 3 de diciembre tuve la posibilidad de participar del ciclo "Metáfora", organizado por Nicolás Igolnikov, Juli Ortiz y Ariel Saeg en Club Cultural Matienzo.
Fue una gran experiencia, donde algunos escritores elaboramos textos acordes a cada uno de los tres cortos que se proyectaron.
En mi caso, tuve la oportunidad de escribir tres textos, una prosa y dos poemas, para el excelente cortometraje "El juego", dirigido por Agustina Soleidad Abeijón y producido por Magalí Matilla.
Debajo, transcribo uno de esos textos:

El agua gotea desde un pañuelo y las sombras se deslizan sobre el mármol. Sostiene todo el bisbiseo de una tele, apenas entre manos húmedas y ojos que retienen: la fiebre es un pasaje hacia el temor entre tu boca que respira y nos llama, desde dentro su voz, nos pide ayuda y no sabemos responder. Hay un escalofrío entre nosotros que supera las verdades, los rostros que todavía no sabemos. Un erizar, un palpitar.
Quizá los sonidos no provengan de donde pensamos; quizá el vaivén de una puerta o la presencia errática de un niño, la cuenta que ascendemos levemente hacia el misterio… La piel es esquiva y nuestras manos un recuerdo azaroso. Jugamos en trasluz para tratar de comprendernos y aun así no es suficiente.
Tan sólo un niño. Tan solo en su afán febril, aferrado a su efigie de plata. No todas las cosas guardan su sentido, ahora más cuando la muerte y el terror nos dominan. Hay un miedo que nos trajo y que nos lleva, siempre, hacia el abismo. Las presencias se evanescen, en la ficción o realidad que construimos, día tras día. Hay dolencias que se caen de nuestras bocas con sus brazos y nos hacen temblar. Hay ausencias: no está.

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