viernes, 31 de julio de 2015

Madrugada II

«Mente en blanco, nervio vivo del ser que no cesa. Héctor aprieta más por el contrario, y al otro lado nuevos bríos de liberación, contra sus brazos el pecho, contra todo sí. Hay el despliegue natural de toda lucha. ¿Pero cuánto, cuánto más? ¿Cuánto sabemos resistir? Héctor intuye súbitamente un desenlace y afloja, se quiebra el dolor. No hay más que eso, más explicación que estos brazos que ceden al empuje de Sánchez: tensión pura que lo domina todo, necesidad de un destino.»

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