desanima a la gente vil
y que fallan y faltan
alegría, canto y amor,
tengo ganas de cantar
para mantener el placer,
aunque de todos lados
me vengan pérdida, daño,
dolor y afán;
pero a la fuerza se alejarán.
Cuando el hombre posee a su gusto
tiempo, estación y lugar,
poco necesita
esforzarse para tener valor;
lo necesita en cambio
cuando se encuentra en la situación opuesta,
para mantenerse bien;
así el navegante posee
tanto valor que, a pesar del viento
contrario, alcanza el puerto.
Si yo, por fuerza de corazón,
contra todo sufrimiento
aferro y retengo la alegría,
y ahora canto a favor
de todos los hombres desconsolados,
¡que se consuelen! Y miren como
es mejor estar alegre
aunque nada posean
que poseer todo el mundo
para permanecer llorando.
El hombre no adquiere tierra
llorando y suspirando,
sino luchando sabiamente
a fuerza de guerras.
Y debe alabarse aquel
que sabe consolarse
mientras otros desesperan,
y el que tenga valor como
para alcanzar una buena posición,
y no el que duerme y se detiene.
Cada uno se consuele y tenga valor;
porque mediante el valor puede
llegar a estar bien si está mal
y a subir si está abajo;
el hombre valiente no estuvo nunca
mucho tiempo en la miseria,
porque él no quiere de un daño
hacer dos, sino poner
gran empeño para transformar,
a la fuerza, aquel daño en un bien.
El hombre verdaderamente valiente
debe huir del ocio y del reposo:
y afanarse noche y día
para hacer cesar todo daño
y adquirir honra y beneficios;
que así es el hombre valiente.
Oh, maese Orlando de Chiuse,
a quien nunca una derrota
produjo desesperanza,
si el tiempo ha sido malo,
igualmente parece que mejorará;
por eso ahora se verá quién vale.
Guittone D' Arezzo
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