"Cae, sobre las gafas oscuras cae, sobre todas las cosas cae, sobre toda la casa. Reverbera en su voz agria, revienta los terrones polvorientos, hiende la verdad, la sella con su rayo de mies, con su rayo de miel; cae, cae el sol ahora, sobre los techos de chapa, sobre los techos olvidados, sobre las sillas de paja. (...)
El calor aprieta, hay regresos. La casa está tan dulce hoy, tan almibarada de dolor que todo nos recuerda. Ella está tan triste hoy, tan arrebujada en su dolor, que las gafas oscuras no permiten que le veamos los ojos, su duelo, la vergüenza de su desnudez, está allí, su rostro, su cuerpo todo que se yergue en la silla desmembrada, como el de una dignísima reina, siempre compuesta, siempre humana..."
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