lunes, 30 de noviembre de 2015

Mares II

"Pero no siempre hubo esta silla y esta calma. No siempre he estado aquí, y sin embargo parece que lo fuera, que el tiempo no se ha movido en estos años y me ha dejado olvidado, frente al mismo pedazo de mar y los mismos visos de fuego que se repiten incansables. El principio fue prometedor (aunque tan breve, todo es siempre tan breve en el pasado): Me acerqué por la rambla y las gotas de mar flotaban sobre su rostro, se depositaban livianas en sus labios. Ella balanceaba juveniles las piernas y entregaba sus ojos a la playa; sonreía porque era toda ese candor que yo nunca había visto y sin embargo requería… Aquí, me dije, y sus ojos se abrieron como la rompiente y caí por ellos hasta a una habitación oscura."

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